INTRODUCCIÓN
El uso de medicamentos durante la gestación presenta una serie de limitaciones debido al escaso conocimiento de la farmacocinética y farmacodinamia en esta etapa de vida de la mujer, ya que el proceso de síntesis de un nuevo fármaco excluye, por ética, a las gestantes.
Otro aspecto a considerar es la exposición del nuevo ser a la acción del medicamento, lo que se denomina efecto teratógeno potencial. Este efecto se presenta cuando se expone al feto a un determinado producto, como un fármaco, en las etapas tempranas de la gestación, lo que puede provocar abortos, embriotoxicidad o fetotoxicidad. Estas últimas se manifiestan como malformaciones congénitas, autismo, cáncer, entre otros. Por ello, si un medicamento se emplea durante el embarazo, debe ser bajo la prescripción y control del médico tratante 1.
Una investigación multicéntrica que incluye Europa, América del Norte, Australia, Asia y Sudamérica revela que las mujeres gestantes utilizan las plantas medicinales con frecuencia, en un rango de 4,3 % hasta 69 % 2. Como se sabe, estos productos tienen propiedades farmacológicas y son de fácil acceso para la población por poseer múltiples usos y diversas presentaciones 3.
Las propiedades de una planta medicinal se deben a diversos metabolitos secundarios en su composición, lo cual es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que también promueve el uso racional de las terapias procedentes de la medicina tradicional, la generación de evidencia acerca de sus usos y la reglamentación de su empleo por la población 4,5. Por otra parte, aunque en el Perú existe una ley que regula el comercio de las plantas medicinales 6, en la realidad el acceso a ellas se da de manera formal e informal 7,8, y están disponibles en supermercados, farmacias, mercados de barrio, ambulantes, etc. 9.
En este contexto, se suman estudios que demostraron efectos teratogénicos e inducción de abortos de plantas como la alfalfa, el aloe, caléndula, chinchona, ginger, valeriana, ruda, boldo, entre otros 10,11,12. Por esto, ya que la gestación es una etapa muy especial en la vida de una mujer, y que se podría incurrir en prácticas empíricas para el cuidado de su salud sin consultar al médico 13, el presente estudio preliminar indagó acerca del uso de plantas medicinales en un grupo de gestantes residentes de La Molina en Lima, Perú.
EL ESTUDIO
Estudio de corte transversal acerca del uso y la forma de empleo de plantas medicinales por parte de las mujeres embarazadas atendidas en el Centro de Salud Viña Alta del distrito de La Molina, en la región Lima (Perú), entre junio y octubre del 2014. Se empleó una encuesta mixta, validada por expertos, con preguntas sobre la etapa de gestación, el uso y formas de empleo de las plantas medicinales. El muestreo fue no probabilístico e incluyó a 21 gestantes mayores de 18 años que participaron luego de firmar el consentimiento informado. El estudio fue aprobado por el Instituto de Investigación de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad de San Martín de Porres.
En la Tabla 1 se muestra que el 86,00 % (n = 18) de las gestantes consumieron plantas medicinales. Según el periodo de gestación, la distribución de empleo de este producto fue la siguiente: 5,00 % en el primer trimestre (n = 1) 33,00 % en el segundo (n = 7) y 62,00 % en el tercero (n = 13). Asimismo, se reporta que el 78,00 % de las gestantes no consultan a su médico para emplear las plantas medicinales (n = 14). Además, se observó que las fuentes de información para el uso de la planta medicinal fueron la familia en el 78,00 % de los casos (n = 14); los médicos, 11,00 % (n = 2); la televisión, 11,00 % (n = 2); los vecinos, 11,00 % (n = 2); y la radio, 6,00 % (n = 1).
Tabla 1 Características de las gestantes del centro de salud Viña Alta, La Molina, Lima-Perú
Fuente: encuesta del estudio.
Las plantas medicinales que se consumieron con mayor frecuencia durante la gestación fueron manzanilla, en el 32,00 % de la población (n = 16); perejil, 20,00 % (n = 10); y eucalipto, 16,00 % (n = 8). Asimismo, las principales formas farmacéuticas empleadas fueron la infusión en el 52,00 % de casos (n = 20); la cocción, 26,00 % (n = 10); y el ungüento, 13,00 % (n = 5)(Tabla 2).
DISCUSIÓN
En este estudio la frecuencia de uso de plantas durante la gestación fue de 86,00 % (n = 18). Un estudio multicéntrico que incluyó 9459 gestantes de países de Europa, Asia, Australia, Norteamérica y Sudamérica mostró un rango de frecuencia de 4,3 % a 69 %. El 17,9 % correspondió a la población de Sudamérica, y de este grupo, 18 participantes provenían de Perú; esta investigación fue hecha mediante encuestas vía la página web de la OTIS (del inglés, Organization of Teratology Information Specialists). Por otra parte, un estudio reporta una frecuencia de uso de 81 % en las gestantes de Italia; 69,5 %, en Rusia; 67,5 %, en Nigeria; y 56,8 %, en Brasil 2,14.
Respecto a la forma de uso y administración de las plantas medicinales en las gestantes, en este estudio, la principal vía e ingesta fue oral, como infusión y cocción. Estos resultados son similares a los obtenidos en trabajos de Colombia, Brasil y Uganda 15,16,17. La ingesta por vía oral implica un potencial efecto sistémico de la planta medicinal, posibilitando la aparición de efectos teratogénicos u abortivos, además de interacciones farmacológicas no deseadas. 10,11,12,18.
Un punto importante es el asesoramiento sobre el uso de la planta medicinal durante la gestación. Observamos que el médico no es la fuente consultada para este fin, sino la familia, hecho que se reporta en otras investigaciones 2,17,19. En nuestra investigación, la manzanilla es la planta medicinal más utilizada por las participantes, al igual que en otros estudios 2,10,14,18. Durante la gestación, el consumo moderado del té de manzanilla es seguro; sin embargo, la ingesta repetida de grandes cantidades podría estimular al útero y ocasionar el cierre prematuro del conducto arterioso en el feto. La sábila y la ruda pueden estimular al útero y ser abortivos. La menta provocaría un sangrado uterino (efecto emenagogo). El boldo ha mostrado ser un potencial teratógeno y abortivo en ratas preñadas, y comparte esta última acción con el eucalipto; mientras que no se han reportado estos efectos en el perejil 11,12,20.
Las limitaciones de este trabajo radican en el tamaño de la muestra y el sesgo de información. Sin embargo, este estudio alerta sobre el uso de las plantas por las gestantes, tema que debe ampliarse en el futuro. Para ello, sugerimos indagar con mayor precisión en la clínica el desenlace de la exposición, la corroboración de las plantas utilizadas y la comprobación de efectos negativos en el laboratorio. Este trabajo permite continuar con una línea de investigación poco explorada, que podría contribuir con las actuales medidas sanitarias de salud pública