INTRODUCCIÓN
Entre los años 2002 y 2003, en Guangdong (China), fue detectado el SARS-CoV que produjo la infestación de 8098 personas en todo el mundo y provocó la muerte de 774 enfermos. La epidemia del SARS-CoV se controló, el último caso conocido ocurrió a mediados de 2004 y hasta la actualidad no se han registrado nuevos reportes 1,2. En el año 2012, el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) se detectó por primera vez en Arabia Saudita y, hasta el 2019, se registraron 2494 infectados y 858 muertes personas en el mundo 3. En diciembre del 2019, en la ciudad de Wuhan, China, un nuevo coronavirus fue identificado en un grupo de pacientes. Al inicio, este nuevo virus fue nombrado, tentativamente, como "2019 nuevo coronavirus" (2019-nCoV) 4; luego, el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV) lo ha denominado SARS- CoV-2 5.
El SARS-CoV-2 tiene características típicas de la familia de los coronavirus y se clasificó en el linaje beta coronavirus 2b que es mucho más cercano, genéticamente, a los coronavirus de los murciélagos que al SARS humano 1,6. Las primeras manifestaciones clínicas de los primeros pacientes de la ciudad de Wuhan eran fiebre, tos no productiva, disnea, mialgia y fatiga; además de disfunción orgánica y muerte en casos graves. En los exámenes auxiliares encontraron un recuento leucocitario normal o disminuido y evidencia radiográfica de neumonía 4.
El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la infección por SARS-CoV-2 una emergencia internacional de salud pública 7; y el 11 de marzo de 2020, como una pandemia 8. En el mundo, más de un millón de personas está infectado y los fallecidos son más de 50 000. Los países más afectados han sido Italia, España y, en los últimos días, Estados Unidos de América; en Sudamérica, Brasil y Ecuador son las naciones con mayor número de muertes 9. En el Perú, al inicio de este estudio, se habían reportado 285 213 casos y 9677 fallecidos 10.
En nuestro país, el primer caso de COVID-19 fue identificado el 6 de marzo de 2020. A partir de este momento, comenzó la transmisión comunitaria 11. La enfermedad se propagó de manera exponencial, lo cual llevó al Gobierno Peruano a declarar la emergencia sanitaria 12 y establecer hospitales dedicados exclusivamente a tratar pacientes con COVID-19; además, se implementaron las teleconsultas 13.
El Hospital Uldarico Rocca Fernández, ubicado en el distrito de Villa El Salvador, es un establecimiento de salud perteneciente a la Red Prestacional Rebagliati que brinda atención a los afiliados al Seguro Social de Salud (EsSalud) del Perú.
En este estudio determinaremos los factores asociados a la mortalidad y los desenlaces de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital Uldarico Rocca Fernández.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño y población
Estudio observacional de cohorte y retrospectivo, a partir de la revisión de las historias clínicas de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital Uldarico Rocca Fernández (HURF) que pertenece a la Red Desconcentrada III Rebagliati y está ubicado en el distrito de Villa El Salvador en Lima, Perú.
En la investigación fueron incluidos los pacientes hospitalizados en la UCIN diagnosticados con COVID-19 entre el 1 de julio al 30 setiembre del 2020. Se excluyeron a los pacientes con desenlace incierto (transferencias a otros hospitales o retiros voluntarios).
Variables
Los antecedentes patológicos que se consideraron en este estudio fueron la hipertensión arterial y la diabetes mellitus (en ambos casos, pacientes con diagnóstico previo al ingreso por el Servicio de Emergencia o que recibían o precisaron tratamiento farmacológico antihipertensivo o antidiabético). La anemia al ingreso se definió como la concentración de hemoglobina por debajo del nivel normal establecido de acuerdo a la escala de la OMS: ≥ 12 g/dL para las mujeres, y ≥ 13 g/dL para los hombres.
La estancia hospitalaria se definió como corta, si fue menor de 5 días (inferior al percentil 25), intermedia, de 5 a 17 días (percentil 25 al 75), y prolongada si fue mayor de 17 días (superior al percentil 75). Los grupos etarios fueron calificados en joven (18 a 29 años), adulto (30 a 59) y adulto mayor (mayor de 60 años).
Análisis estadístico
La información fue recolectada en un formulario electrónico creado en Microsoft Excel, que incluyó características demográficas, características clínicas, resultados de exámenes auxiliares al ingreso y el desenlace de la hospitalización. Posteriormente, los datos se importaron a Past Versión 2.17 para realizar el análisis estadístico.
Las variables categóricas se reportaron con frecuencias y porcentajes, y las variables continuas con medianas, con su respectivo rango intercuartil (RIC). La hipótesis de normalidad fue evaluada con los test de Shapiro-Wilk. Para la comparación de variables empleamos la prueba de X2 para las variables cualitativas, y la t de Student para las cuantitativas. Además, los principales factores independientes pronósticos de mortalidad hospitalaria fueron identificados mediante la regresión logística múltiple. Un valor de p menor de 0,05 se consideró estadísticamente significativo.
RESULTADOS
Durante el periodo de estudio, se identificaron 74 historias clínicas pertenecientes a pacientes adultos hospitalizados por COVID-19 en la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital Uldarico Rocca Fernández. De ellos, 71 cumplieron con los criterios de inclusión, de los cuales 51 fallecieron, lo que mostró una tasa de mortalidad de 71,83 %. Tres pacientes fueron excluidos por no presentar información sobre el desenlace de la enfermedad (Figura 1).
La edad media de los pacientes fue de 64,72 ± 13,64 años. Cincuenta y siete pacientes fueron hombres (80,28 %) (Figura 2).

Figura 2 Distribución de pacientes hospitalizados por COVID-19 por mes de ingreso y sexo. Hospital Uldarico Rocca Fernández
Respecto al mayor porcentaje de hospitalizados según grupo etario, los adultos mayores fueron el grupo más numeroso (64,79 %), seguido de los adultos (33,80 %) y los jóvenes (1,41 %). La mayoría de los pacientes (61,97 %) presentaba al menos una comorbilidad, principalmente obesidad (35,21 %) y, en segundo lugar, hipertensión arterial (32,39 %). Adicionalmente, un 36,23 % de los participantes acudían con SatO₂ menor a 80 %. En los exámenes auxiliares encontramos anemia en un 15,49 %. La mediana de estancia hospitalaria reportada era de 13 días (± 12 días) hasta el desenlace (Tabla 1).
Tabla 1 Características clínicas y demográficas al ingreso de los pacientes con COVID-19. Hospital Uldarico Rocca Fernández
La tasa de mortalidad encontrada en este estudio fue de 71,83 %. El 76,47 % de los fallecidos fueron adultos mayores y el versus, 23,53 %, eran adultos. Es resaltante la asociación entre mortalidad y la edad mayor de 60 años (p <0,05).
Otro análisis mostró que el 82,35 % de los fallecidos eran hombres (n=42) y 17,65 %, mujeres (n=9). Esta diferencia no fue estadísticamente significativa (p>0,05).
El valor de la saturación de oxígeno <80 % tomada al ingreso se asoció con una mayor mortalidad, en comparación al grupo de los sobrevivientes (p<0,0025). El mayor porcentaje de pacientes hospitalizados que fallecieron (49,02 %, n=25) tuvo una estancia hospitalaria intermedia (p<0,025).
De los fallecidos, 19 (37,25 %) tenían el antecedente de hipertensión arterial (p>0,1), 15 (29,41 %) padecían de diabetes mellitus (p>0,05) y el 33,33 % eran obesos (p>0,5) (Tabla 2).
DISCUSIÓN
En el presente estudio, la edad promedio de los pacientes con COVID-19 ingresados a la Unidad de Cuidados Intermedios fue de 64,72 ± 13,64 años, valor que es cercano al que Mejía et al. (17) encontraron en sus pacientes hospitalizados por COVID-19 (59 años).
Nuestro estudio muestra que el 64,79 % de los casos correspondían a adultos mayores de 60 años, lo cual es similar a lo reportado en China, EE. UU. y en estudios peruanos 14,15,16,17. Las comorbilidades más frecuentes fueron la obesidad (35,21 %), la hipertensión arterial (32,39 %) y diabetes mellitus (23,94 %), resultados similares a los obtenidos en un hospital de referencia nacional de Lima16; estas comorbilidades han sido mencionadas como factores de riesgo para desarrollar la forma grave de enfermedad 18,19.
La mayoría de pacientes hospitalizados (80,28 %) fueron hombres (p<0,05), lo cual sugiere un mayor riesgo de enfermar en la población masculina. Esta información concuerda con los hallazgos de Acosta et al. 15, quienes encontraron una mayor frecuencia de ingresos en pacientes del sexo masculino (76 %). Sin embargo, al analizar la relación entre el sexo y la mortalidad no se encontró significancia estadística (p>0,1).
La tasa de mortalidad encontrada en esta investigación fue de 71,83 %, este valor es mayor al 49,6% que se reportó en los pacientes hospitalizados por COVID-19 de otro hospital de Lima 17 y muy superior a la tasa de mortalidad hallada en estudios realizados en Wuhan, China (30 %) 4,20.
Cabe destacar que, en este estudio, ninguna de las tres morbilidades más frecuentes (obesidad, hipertensión arterial y diabetes) tuvo relación significativa con la mortalidad (p>0,5, p>0,1, p>0,05, respectivamente). Asimismo, un estudio realizado en España 14 mostró que las personas mayores de 65 años presentaron una fuerte correlación con la mortalidad (p<0,001). En nuestra investigación, un elevado porcentaje de los fallecidos (76,47 %) fueron adultos mayores (p<0,0025).
El estudio realizado por Mejía et al. 17 señaló que los pacientes son hospitalizados de forma tardía, cuando la hipoxemia ya es significativa. En ese sentido, nuestros hallazgos también sugieren que la saturación al ingreso y el tiempo de la estancia hospitalaria podrían ser factores pronósticos de mortalidad (p<0,025 y p<0,0025).
En conclusión, este estudio respalda la idea de que la población masculina presenta un mayor riesgo de enfermar. Además, existen factores asociados a un peor pronóstico de mortalidad, como ser mayor de 60 años, llegar a la emergencia con una saturación de oxígeno menor de 80,00 % al ingreso y una estancia hospitalaria prolongada