Introducción
A finales del año 2019, en Wuhan, se reportó la presencia de un virus denominado SARS-CoV-2 que causaba la enfermedad COVID-19, y que la Organización Mundial de la Salud declaró como pandemia el 11 de marzo del 2020. En el Perú, el primer caso de COVID-19 se detectó el 6 de marzo del 2020, y para el 14 de agosto del mismo año, los casos confirmados ascendían a 516 296, de los cuales se reportaron 14 175 hospitalizados y 1 563 con ventilación mecánica. Los fallecidos sumaban un total de 25 856, y se mostraba una tasa de letalidad del 5,01 % 1-3.
Dada la situación crítica a nivel laboral, a finales de abril del 2020 apareció la Resolución Ministerial 239-2020-Minsa que aprobaba el documento técnico llamado "Lineamientos para la vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición a COVID-19". Esto permitió establecer los requerimientos necesarios para el manejo del COVID-19 en el ámbito laboral 4,5. Dicha normativa ha tenido modificaciones en diferentes apartados, tales como la definición de grupo de riesgo, los niveles de riesgo de exposición en el trabajo, la vigilancia médica ocupacional de los trabajadores, entre otros 6-8.
El presente artículo basa su objeto de estudio en la vigilancia de la salud de los trabajadores, que durante la pandemia estuvo sujeta a algunas modificaciones 9,10. En vista de que la vigilancia médica ocupacional se ha vuelto indispensable para el manejo del COVID-19 en los centros laborales, este estudio pretende ofrecer una visualización de datos del inicio de la pandemia con una población de un programa de vigilancia ocupacional, con lo que se podrá replantear mejoras en la protección de sus trabajadores; a su vez, es un motivo para que se continúe con la investigación en el ámbito ocupacional.
Materiales y métodos
Diseño y población de estudio
Esta investigación corresponde a un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, longitudinal. Se recolectó, por medios digitales, los datos de los trabajadores diagnosticados con COVID-19 que estuvieron bajo vigilancia médico-ocupacional del 18 de marzo al 31 de julio del 2020, ya sea bajo la modalidad de trabajo presencial, semipresencial o remoto, y con diagnóstico confirmado de COVID-19. Se excluyeron a los pacientes que no contaban con un diagnóstico confirmado; asimismo, a aquellos que eran sospechosos, pero con quienes no se pudo establecer contacto telefónico, o que estuvieran registrados en el aplicativo experimental "Claudia", pero que no contaban con facilidades de acceso a dicho software.
Variables y mediciones
Se recolectaron las variables género, edad, comorbilidades, tipo de prueba diagnóstica, signos y síntomas a partir del primer día del seguimiento telefónico o del programa informático de vigilancia mediante una ficha electrónica de recolección de datos.
Análisis estadístico
Se analizó los datos con el software estadístico Stata(R) 15.0, y se mostraron las medidas de tendencia central y dispersión; se usó Ji al cuadrado para las medidas de asociación.
Consideraciones éticas
Los procesos fueron autorizados por el área encargada y contaron con la aprobación del Comité Institucional de Ética en Investigación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Se garantizó la confidencialidad de los datos obtenidos mediante una codificación y una lista adicional de identificación que es preservada por los autores. El presente trabajo es autofinanciado, y los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses, por lo tanto, los resultados publicados respetan la veracidad.
Resultados
El grupo mayormente afectado fue el de 20 a 39 años (63,30 % del total). En todos los grupos etarios predominó el sexo masculino (Figura 1), que llegó a sumar el 77,16 % del total de trabajadores afectados. El 81,11 % no presentó comorbilidades. La obesidad, con el 61,95 %, fue la comorbilidad más frecuente. Con respecto a la mortalidad, se registró el fallecimiento de 1 varón que estaba hospitalizado y que presentaba obesidad como única comorbilidad diagnosticada (Tabla 1).
Tabla 1 Características epidemiológicas de los trabajadores diagnosticados con COVID-19 de un programa de seguimiento de salud ocupacional. Perú, 2020
Figura 1 Distribución poblacional de los trabajadores diagnosticados con COVID-19 de un programa de seguimiento de salud ocupacional
Clínicamente, el dolor de garganta (20,67 %) y la tos (19,78 %) fueron los síntomas más frecuentes. Del total de pacientes a quienes se les hizo seguimiento, 147 (5,97 %) tuvieron que ser hospitalizados. En el análisis de rangos de Wilcoxon se aprecia una diferencia estadísticamente significativa entre las edades de los pacientes que requirieron hospitalización y los que no lo necesitaron (p < 0,000) (Tabla 2).
Tabla 2 Características clínicas de los trabajadores diagnosticados con COVID-19 de un programa de seguimiento de salud ocupacional. Perú, 2020
(a) Prueba U de Mann-Whitney
En relación con las medidas laborales implementadas, se realizaron 2236 pruebas inmunológicas rápidas y 610 pruebas moleculares. El número de pruebas realizadas por persona varió: se tomó solo 1 prueba a 1173 personas, y 6 muestras para test rápido a 2 personas. Para las pruebas moleculares se presentó una situación similar (Tabla 3).
Discusión
En nuestra investigación, los varones fueron los más afectados, con un 77,6 %. A nivel internacional, estos datos se pueden corroborar: en China se encontró 56 % 11; en Europa, 51 % 12, y en EE. UU., 59 % 13; sin embargo, en Corea predominaron las mujeres, con un 62 % 14. En el ámbito nacional, para el 2021 se visualizó un cambio: el Ministerio de Salud (Minsa) consignó que los varones se mostraban más afectados a partir de los 35 años, de acuerdo con la tasa de ataque 2.
La edad más afectada en este estudio estuvo en el rango de 30 a 39 años, que representa el 33,56 % de la población. Este resultado guarda similitud con un estudio mexicano en el que se consigna las edades de 40 y 59 años, con un 41,1 %, y de 20 a 39 años, con un 34,8 % 15; mientras que en España el Ministerio de Sanidad identificó los rangos etarios de 20 a 29 años, con un 20 %, y 30 a 39 años, con un 18 %. Sin embargo, según este informe, a inicios de la pandemia las edades más golpeadas estuvieron por encima de los 50 años, que representan el 59 % 12.
La población sin comorbilidades representó el 81,11 %. Dentro del grupo de los que sí presentaron comorbilidades, se identificó la obesidad, con el 61,95 %, cuya relevancia se justifica porque es la comorbilidad más detectada en estudios previos a la pandemia: un estudio mexicano encontró 29,6 % 16 y un estudio peruano, el 18,6 % de una población de trabajadores 17. Esto contrasta con lo encontrado en México, que consignó un 19,8 % dentro de una población COVID 15, y en España fue una de las comorbilidades que presentó menor porcentaje, con un 13,8 % 12.
Por otro lado, el asma es una comorbilidad que ocupa el segundo lugar en este estudio, con un 11,09 %, por lo que no es de extrañar que se halle en la población peruana un 13 % de prevalencia a nivel nacional 18. Ello contrasta con un estudio mexicano, que encontró un 2,8 % dentro de una población COVID 15.
Por último, la hipertensión arterial registró un 8,98 %, en contraste con España, con un 21,3 % 12, y México, con un 20,5 % de una población COVID 15.
La sintomatología más frecuente fue el dolor de garganta, con 20,67 %, y la tos, con un 19,78 %. Esto coincide con los datos proporcionados por el Minsa respecto a dolor de garganta (57,5 %) y tos (72,8 %) 2; además, Singapur registró 61 % y 83 %, respectivamente 19; España, 24,1 % y 6,1 % 12, y en México la tos representó el 71,4 % 15. No obstante, todos ellos señalan que la fiebre fue el signo más frecuente, lo que difiere de nuestro estudio, donde se registró el 5,44 %.
En lo que se refiere a hospitalizaciones, en nuestro estudio se halló que el 5,97 % de la población tuvo que ser internada. En un estudio realizado en Singapur, dentro de una población vigilada bajo un programa de salud, hubo un 10 % de hospitalizados 20.
Un detalle adicional que debe considerarse es que la población estudiada pertenece a un servicio externo de vigilancia ocupacional que agrupa diferentes rubros (alimentos, servicios, transporte marítimo y generación eléctrica), con procesos de selección laboral ajenos y anteriores al estudio, con posible resultado de frecuencias menores de enfermedades crónicas. Por otro lado, cabe resaltar que esta población participó de programas de prevención y promoción en salud, tal como lo indica la normativa.
En conclusión, la población estudiada fue predominantemente adulta joven, del sexo masculino, sin comorbilidades, sin síntomas predominantes y que no necesitó hospitalización.
Se recomienda realizar estudios en la población laboral peruana en ámbitos extrahospitalarios en relación con la pandemia por COVID-19, ya que no se encontró información publicada respecto al sector económicamente activo y que pertenece a la fuerza laboral formal.