Introducción
De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos mayores de 60 años conforman el grupo etario con mayor crecimiento, al punto que, actualmente, superan al total de niños menores de cinco años y, hacia el año 2050, se proyecta que superen a los habitantes de entre los 15 y 24 años 1. Estos datos indican cambios significativos en la distribución de los grupos poblacionales y en la dinámica demográfica global, como resultado del aumento de la longevidad 1,2.
En relación con América Latina y el Caribe, las Naciones Unidas señalaron en el 2015 que el 11 % de la población superaba los 60 años y que, en un lapso de 35 años, uno de cada cuatro habitantes pertenecerá a dicho grupo etario 3. En consecuencia, en el Perú, el INEI ha estimado una tasa promedio de crecimiento anual del 4,9 % para los últimos diez años, de manera que uno de cada cinco habitantes pertenecerá al grupo de adultos mayores para el año 2050 4.
Además del envejecimiento poblacional, el trastorno depresivo en la vejez constituye un riesgo grave de sobrecarga para el sistema sanitario, de seguridad social y la economía, además de afectar el bienestar individual 5-7, más aún si se considera que la depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en este grupo de edad y está relacionada con el desarrollo y pronóstico desfavorable de otras enfermedades crónicas 8-10. Es por ello que una mejor comprensión del trastorno depresivo en la vejez resulta importante desde una perspectiva clínica y de salud pública.
La evidencia actual señala una relación entre discapacidad y salud mental, que incluye un mayor riesgo de depresión 9-12. Sin embargo, no solo la fisiopatología y los mecanismos vinculados no se comprenden completamente, sino que otros factores podrían influenciar en dicha relación 13-20, tal como reconoce la Organización Mundial de la Salud, al punto de crear una Comisión de Determinantes Sociales de la Salud (CDSS) para ocuparse de las razones que pudieran generar inequidades sanitarias evitables 21. Diversos estudios han relacionado aspectos sociodemográficos con el trastorno depresivo en adultos mayores y han hallado variaciones según las particularidades de cada sociedad 15-19.
En Perú, la población de 60 años a más registró el mayor porcentaje de personas con alguna discapacidad durante el periodo 2000-2019 22, mientras que la tendencia del trastorno depresivo aumentó a partir de los 75 años 23. Asimismo, el Perú ocupó el tercer lugar dentro de la clasificación de discapacidad por depresión en América, con un porcentaje del 8,6 %, que supera la media regional de 7,8 % 24. Estos datos alertan no solo sobre el potencial impacto de la desatención del trastorno depresivo y su relación con la discapacidad en el sistema de salud y calidad de vida de los peruanos, sino también acerca de la importancia de mejorar el entendimiento de las limitaciones de la población adulta mayor, para el consecuente desarrollo de políticas públicas de salud más eficientes.
Ante la evidencia que sugiere una influencia variable de los factores sociodemográficos en el trastorno depresivo, según las singularidades de cada población, así como una asociación entre la discapacidad física, comorbilidades generales y depresión en poblaciones de más de 60 años, el objetivo del presente estudio fue identificar la prevalencia y factores asociados al trastorno depresivo en adultos mayores, de acuerdo con los datos registrados en la ENDES del año 2019.
Materiales y métodos
Diseño y población de estudio
Se llevó a cabo un estudio observacional, analítico y transversal a partir de un análisis secundario de los datos obtenidos en la ENDES, aplicada con un alcance nacional por el INEI durante el año 2019. La ENDES recoge información actualizada sobre aspectos de la población peruana, como la dinámica demográfica y factores asociados al estado de salud, a través de entrevistas domiciliarias realizadas en muestras nacionales representativas. Es una encuesta de muestra bietápica, probabilística de tipo equilibrado, estratificada e independiente, a nivel departamental y por área urbana y rural, que usa como unidad de muestreo los hogares y como unidad de análisis a los residentes del hogar. La muestra para el año 2019 fue de 36 760 viviendas. La población estuvo conformada por el total de adultos mayores de 60 años (5235) registrados en el cuestionario de salud (CSALUD1) de la ENDES 2019, a partir de los cuales se seleccionó una muestra de 4174 adultos mayores. La muestra solo incluyó a quienes presentaron datos completos sobre todas las variables evaluadas en la presente investigación (Figura 1).
Variables y mediciones
Se analizó como variable dependiente el diagnóstico de depresión en adultos mayores de 60 años, dicotomizada (con depresión/sin depresión) a partir de las preguntas QS700A-QS700I del Cuestionario de Salud Mental para las personas de 15 años o más, concernientes a la presencia de molestias o problemas en el estado de ánimo; mientras que las variables independientes fueron edad, sexo, grado de instrucción, quintil de riqueza (clasificado en cinco niveles de riqueza), área de residencia (clasificada como urbano y rural), dominio geográfico (clasificado como Lima Metropolitana, resto de Costa, Sierra y Selva), cobertura de salud (clasificada como sin cobertura y con cobertura), consumo de alcohol (sí/no), hábito de fumar (sí/no) y presencia de discapacidad (sí/no).
Para la variable trastorno depresivo, la ENDES 2019 registra el puntaje obtenido en el Cuestionario sobre la Salud del Paciente-9 (PHQ-9), que consiste en una herramienta psicométrica para el tamizaje de la depresión, de 9 subpreguntas, y que abarca los criterios establecidos en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5). Este instrumento ha sido validado para el Perú mediante un análisis de estructura factorial y la invarianza de medición (IM), a través
del análisis factorial confirmatorio (CFA) estándar y multigrupo, respectivamente 25. Fue validado también por un juicio de expertos de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud en coordinación con el Instituto Nacional de Salud 26. Siguiendo dicha validación, la variable se dicotomizó en presencia de depresión, si el puntaje final fue mayor o igual a 10, y en ausencia de depresión, si el puntaje final fue menor a 10.
Por su parte, para las variables edad, sexo y grado de instrucción se utilizaron los códigos de la base de datos RECH1; para las variables quintil de riqueza y dominio geográfico, la base de datos RECH23; para la variable lugar de residencia, la base de datos RECH0; y para las variables cobertura de salud, hábito de fumar y consumo de alcohol, la base de datos CSALUD01. La variable discapacidad se dicotomizó a partir de los códigos de la base de datos CSALUD01 (Figura 1). La caracterización y codificación de las variables pueden encontrarse en los diccionarios de salud de los módulos Encuesta de salud, Características del hogar y Características de la vivienda de la ENDES 2019 (www.inei.gob.pe).
Análisis estadístico
Se exportó una base de datos en el programa Microsoft Excel con la información de las variables sujetas a evaluación, de acuerdo con los indicadores de la ENDES 2019. Se tabularon los datos en una hoja de cálculo que sirvió como ficha de recolección de datos y se analizó con el paquete estadístico SPSS versión 25. Se emplearon frecuencias absolutas y relativas para el análisis descriptivo, un análisis de diferencia de proporciones por medio de la prueba de chi cuadrado, con un valor de p < 0,05 para evaluar la asociación de las variables con el diagnóstico de depresión, y, para determinar su correlación, se emplearon modelos lineales generalizados de Poisson, a través de la función de enlace log y estimaciones de varianzas robustas en un modelo crudo y ajustado, con intervalos de confianza al 95 % y un valor de p < 0,05 considerado estadísticamente significativo.
Consideraciones éticas
La presente investigación no requirió la aprobación de un comité de ética, de consentimientos ni permisos adicionales, ya que analizó una base de datos de dominio público que no permite la identificación de los participantes y se encuentra disponible en el portal web del INEI (http://inei.inei.gob.pe/microdatos/).
Resultados
El presente estudio incluyó un total de 4174 adultos mayores, de los cuales el 13,18 % presentaron trastorno depresivo y el 7,86 % padecían de alguna discapacidad. Asimismo, el 53,33 % de los adultos mayores fueron del sexo masculino, el 74,79 % estuvieron comprendidos en el grupo etario de 60 a 74 años, el 59,82 % alcanzaron el grado de instrucción primaria, el 83,87 % tenían cobertura de salud, el 41 % pertenecía al domino geográfico de la Sierra, el 36,37 % fue registrado en el quintil de riqueza “los más pobres” y el 60,57 % residía en el área urbana. Por su parte, se identificó una prevalencia del 1,94 % para el hábito de fumar y del 22,88 % para el consumo de alcohol (Tabla 1).
Tabla 1 Características generales de los adultos mayores en estudio
Variable | |||
---|---|---|---|
Características sociodemográficas | N.° | % | |
Sexo | Hombre | 2226 | 53,33 |
Mujer | 1948 | 46,67 | |
Edad | De 85 a más | 217 | 5,19 |
De 75 a 84 | 836 | 20,02 | |
De 60 a 74 | 3121 | 74,79 | |
Grado de instrucción | Superior universitaria | 404 | 9,67 |
Superior no universitaria | 288 | 6,89 | |
Secundaria | 931 | 22,30 | |
Primaria | 2497 | 59,82 | |
Sin educación | 54 | 1,32 | |
Cobertura de salud | Sí | 3501 | 83,87 |
No | 673 | 16,13 | |
Dominio geográfico | Sierra | 1713 | 41,0 |
Selva | 742 | 17,77 | |
Resto Costa | 1192 | 28,55 | |
Lima Metropolitana | 527 | 12,68 | |
Quintil de riqueza | Más rico | 611 | 14,64 |
Rico | 601 | 14,40 | |
Medio | 664 | 15,90 | |
Pobres | 780 | 18,69 | |
Los más pobres | 1518 | 36,37 | |
Área de residencia | Rural | 1646 | 39,43 |
Urbano | 2528 | 60,57 | |
Hábitos nocivos Hábito de fumar | No | 4093 | 98,06 |
Sí | 81 | 1,94 | |
Consumo de alcohol | No | 3219 | 77,12 |
Sí | 955 | 22,88 | |
Discapacidad | No | 3846 | 92,14 |
Sí | 328 | 7,86 | |
Trastorno depresivo | No | 3624 | 86,82 |
Sí | 550 | 13,18 |
El análisis de la prevalencia según las variables del estudio señaló que el trastorno depresivo fue más frecuente en los adultos mayores del sexo femenino (p = 0,000), los integrantes del grupo etario de 85 años a más (p = 0,000), las personas sin grado de instrucción (p = 0,000), los afiliados a un sistema de salud (0,010 %), los pertenecientes al dominio geográfico de la Sierra (p = 0,000), los registrados en el quintil de riqueza “los más pobres” (p = 0,000), los habitantes del área rural (p = 0,000) y en aquellos que padecen de alguna discapacidad (p = 0,000). En cuanto a los hábitos nocivos, el consumo de alcohol registró una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,001), mientras que el hábito de fumar, no (p = 0,375) (Tabla 2).
Tabla 2 Factores de riesgo asociados a trastorno depresivo en adultos mayores
Trastorno depresivo en adultos mayores peruanos | ||||
---|---|---|---|---|
Variable | Sin depresión | Con depresión | p | |
Sexo | Mujer | 1636 | 312 | 0,000 |
84,0 % | 16,0 % | |||
Hombre | 1988 | 238 | ||
89,30 % | 10,70 % | |||
Edad | De 60 a 74 | 2761 | 360 | 0,000 |
88,47 % | 11,53 % | |||
De 75 a 84 | 703 | 133 | ||
84,10 % | 15,90 % | |||
De 85 a más | 160 | 57 | ||
73,73 % | 26,27 % | |||
Grado de instrucción | Sin educación | 33 | 21 | 0,000 |
61,11 % | 38,99 % | |||
Primaria | 2092 | 405 | ||
83,78 % | 16,22 % | |||
Secundaria | 852 | 79 | ||
91,51 % | 8,49 % | |||
Superior no universitaria | 264 | 24 | ||
91,67 % | 8,33 % | |||
Superior universitaria | 383 | 21 | ||
94,80 % | 5,20 % | |||
Cobertura de salud | No | 605 | 68 | 0,010 |
89,90 % | 10,10 % | |||
Sí | 3019 | 482 | ||
86,23 % | 13,77 % | |||
Dominio geográfico | Lima Metropolitana | 481 | 46 | 0,000 |
91,27 % | 8,73 % | |||
Resto Costa | 1094 | 98 | ||
91,77 % | 8,23 % | |||
Selva | 654 | 88 | ||
88,14 % | 11,86 % | |||
Sierra | 1395 | 318 | ||
81,44 % | 18,56 % | |||
Quintil de riqueza | Los más pobres | 1225 | 293 | 0,000 |
80,70 % | 19,30 % | |||
Pobres | 673 | 107 | ||
86,28 % | 13,72 % | |||
Medio | 597 | 67 | ||
89,90 % | 10,10 % | |||
Rico | 561 | 40 | ||
93,34 % | 6,66 % | |||
Más rico | 568 | 43 | ||
92,96 % | 7,04 % | |||
Área de residencia | Urbano | 2281 | 247 | 0,000 |
90,22 % | 9,78 % | |||
Rural | 1343 | 303 | ||
81,59 % | 18,41 % | |||
Hábito de fumar | Sí | 73 | 8 | 0,375 |
90,12 % | 9,88 % | |||
No | 3551 | 542 | ||
86,75 % | 13,25 % | |||
Consumo de alcohol | Sí | 860 | 95 | 0,001 |
90,05 % | 9,95 % | |||
No | 2764 | 455 | ||
85,86 % | 14,14 % | |||
Discapacidad | Sí | 240 | 88 | 0,000 |
73,17 % | 26,83 % | |||
No | 3384 | 462 | ||
87,99 % | 12,01 % |
Mediante el análisis para el cálculo de razones de prevalencia (RP), el modelo crudo reportó asociación entre el trastorno depresivo y todas las variables, con excepción de pertenecer al dominio geográfico de la Selva (p = 0,076) y del resto de Costa (p = 0,726) respecto a Lima Metropolitana, así como la presencia del hábito de fumar (p = 0,386). No obstante, en el modelo ajustado se determinó la ausencia de asociación en pertenecer al grupo etario de 75 a 84 años respecto al de 60 a 74 (p = 0,085), encontrarse afiliado a un seguro de salud (p = 0,151), pertenecer al dominio geográfico de la Sierra respecto de Lima Metropolitana (p = 0,202), pertenecer al quintil “pobres” respecto al quintil “los más pobres” (p = 0,146), residir en el área urbana frente al área rural (p = 0,604) y el hábito de no consumir alcohol (p = 0,435) (Tabla 3).
Los adultos mayores de sexo masculino tuvieron menos probabilidades de padecer del trastorno depresivo (RPa = 0,602; IC 95 %: 0,513-0,706) que las mujeres, así como los integrantes del grupo etario de mayores de 85 años presentaron mayor riesgo que los de 60 a 74 (RPa = 1,664; IC 95 %: 1,304-2,124). Por su parte, el no presentar alguna discapacidad se comportó como un factor preventivo (RPa = 0,542; IC 95 %: 0,440-0,668), mientras que las variables grado de instrucción y quintil de riqueza, desde el quintil “medio”, indicaron también ser factores de protección al tomarse como referencia las categorías “sin educación” y “los más pobres” (p < 0,005), respectivamente (Tabla 3).
Tabla 3 Estimación de los adultos mayores peruanos en relación con el diagnóstico de depresión
Variable | Factores asociados al trastorno depresivo en adultos mayores peruanos | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Modelo crudo | Modelo ajustado | |||||
RP | IC 95 % | valor de p | RP | IC 95 % | valor de p | |
Sexo | ||||||
Mujer | Ref | Ref | ||||
Hombre | 0,668 | 0,570-0,781 | 0,000 | 0,602 | 0,513-0,706 | 0,000 |
Edad | ||||||
De 60 a 74 | Ref | Ref | ||||
De 75 a 84 | 1,379 | 1,148-1,657 | 0,001 | 1,176 | 0,978-1,415 | 0,085 |
Mayores de 85 | 2,277 | 1,786-2,904 | 0,000 | 1,664 | 1,304-2,124 | 0,000 |
Grado de instrucción | ||||||
Sin educación | Ref | Ref | ||||
Primaria | 0,417 | 0,295-0,590 | 0,000 | 0,609 | 0,428-0,867 | 0,006 |
Secundaria | 0,218 | 0,147-0,324 | 0,000 | 0,480 | 0,313-0,737 | 0,001 |
Superior no universitaria | 0,214 | 0,129-0,356 | 0,000 | 0,515 | 0,296-0,896 | 0,019 |
Superior universitaria | 0,134 | 0,078-0,228 | 0,000 | 0,351 | 0,191-0,644 | 0,001 |
Cobertura de salud | ||||||
No | Ref | Ref | ||||
Sí | 1,363 | 1,072-1,732 | 0,012 | 1,191 | 0,938-1,511 | 0,151 |
Dominio geográfico | ||||||
Lima Metropolitana | Ref | Ref | ||||
Resto Costa | 0,942 | 0,674-1,317 | 0,726 | 0,754 | 0,537-1,060 | 0,104 |
Selva | 1,359 | 0,968-1,906 | 0,076 | 0,899 | 0,621-1,303 | 0,575 |
Sierra | 2,127 | 1,586-2,852 | 0,000 | 1,254 | 0,886-1,774 | 0,202 |
Quintil de riqueza | ||||||
Los más pobres | Ref | Ref | ||||
Pobres | 0,711 | 0,580-0,871 | 0,001 | 0,839 | 0,663-1,063 | 0,146 |
Medio | 0,523 | 0,407-0,671 | 0,000 | 0,680 | 0,488-0,947 | 0,022 |
Rico | 0,345 | 0,251-0,473 | 0,000 | 0,472 | 0,313-0,711 | 0,000 |
Más rico | 0,365 | 0,288-0,495 | 0,000 | 0,548 | 0,349-0,860 | 0,009 |
Área de residencia | ||||||
Urbano | Ref | Ref | ||||
Rural | 1,884 | 1,612-2,202 | 0,000 | 0,939 | 0,740-1,191 | 0,604 |
Hábito de fumar | ||||||
Sí | Ref | Ref | ||||
No | 1,341 | 0,691-2,601 | 0,386 | 0,864 | 0,457-1,636 | 0,655 |
Consumo de alcohol | ||||||
Sí | Ref | Ref | ||||
No | 1,421 | 1,153-1,751 | 0,001 | 1,088 | 0,881-1,343 | 0,435 |
Discapacidad | ||||||
Sí | Ref | Ref | ||||
No | 0,448 | 0,367-0,546 | 0,000 | 0,542 | 0,440-0,668 | 0,000 |
Discusión
Los resultados de la presente investigación indican que la prevalencia del trastorno depresivo en los adultos mayores fue del 13,18 %, lo cual sugiere una reducción respecto de años anteriores 9,10. La disminución registrada podría deberse a la implementación de estrategias sanitarias en salud mental, entre las que destaca la implementación de centros de salud mental comunitarios 6. Asimismo, la distribución de la población adulta mayor sigue los parámetros de la región, lo que evidencia un patrón de envejecimiento demográfico internacional 1-4.
De igual forma, la correlación hallada entre el trastorno depresivo en adultos mayores y el género concuerda con trabajos previos, en los cuales el sexo femenino se comporta como un factor de riesgo 8-15. Cabe destacar que, tanto en estudios realizados en la población adulta mayor peruana 9,10 como en otros países latinoamericanos 8, el trastorno depresivo presenta mayor correlación en mujeres respecto de los varones. Igualmente, Richardson, et al. 15 registraron al sexo femenino como factor de riesgo para el trastorno depresivo en adultos mayores de 18 países diferentes, que incluyen Asia, Europa y América. Según la evidencia disponible, esta susceptibilidad podría deberse, en lugar de factores biológicos, a determinantes derivados de los roles de género que predisponen a las mujeres a expresar y reconocer sus emociones más abiertamente que los varones, así como a desarrollar una menor capacidad de acumular riqueza, recibir educación e ingresos en comparación con los hombres; una progresión profesional más fragmentada, mayores probabilidades de experimentar la pérdida de un cónyuge, la soledad, el aislamiento social, la discapacidad y las dificultades económicas; lo cual, hacia el final de la vida, podrían contribuir a crear entornos donde las tasas de angustia psicológica son altas 13,14. Aun así, los modelos ajustados de correlación indican que, más allá del género en sí mismo, existen aspectos sociodemográficos que pueden condicionar la prevalencia del trastorno depresivo y actuar como factores protectores para los adultos mayores de sexo femenino.
El factor de riesgo determinado en los mayores de 85 años constituye un indicador con potencial de incremento. Aunque actualmente este grupo etario represente un porcentaje minoritario, es posible que su cantidad aumente de manera exponencial cada año, dada la dinámica demográfica del envejecimiento en el país 3. El 26,27 % de los adultos mayores en este rango presentaron trastorno depresivo, lo cual supone más del doble del grupo de referencia y sugiere que en un eventual aumento de su representación, la prevalencia del trastorno depresivo aumentará también, tal como se ha registrado en otras poblaciones donde se incrementó la esperanza de vida 12.
Por su parte, el comportamiento del grado de instrucción y del quintil de riqueza como factores de protección implica la influencia de circunstancias ajenas a la labor asistencial en el estado de la salud mental. Es así que, aunque las recientes estrategias de salud pública han incluido con especial énfasis el tratamiento y la prevención de las enfermedades más prevalentes en el marco de la salud mental 6,7, los resultados de la presente investigación demuestran que la afiliación a un seguro de salud no constituye un factor significativo ni de prevención para el trastorno depresivo; más aún, si se considera que el 83,87 % de adultos mayores contó con cobertura sanitaria. La magnitud de los adultos mayores asegurados evidencia que la atención brindada para el tratamiento y prevención del trastorno depresivo no está alcanzando el impacto deseado, aunque la multifactoriedad involucrada en el problema hace difícil predecir el efecto que los servicios de salud mental, por sí mismos, puedan lograr 15,27.
En ese sentido, se ha encontrado asociación entre condiciones socioeconómicas desfavorables y 1,8 más probabilidades de padecer depresión, en comparación con grupos en mejores condiciones. Este mismo patrón se refleja en investigaciones realizadas en distintas poblaciones 15-19. Aun así, existen variaciones en la correlación que podrían atribuirse a las diferencias culturales entre países. Freeman et al. 16 encontraron una incidencia del trastorno depresivo en España del 9 % en el contexto de una crisis financiera nacional y una tasa de desempleo del doble que Polonia y Finlandia, donde la incidencia del trastorno depresivo fue del 4 %. A pesar de ello, no encontraron asociación entre los niveles de ingresos y el trastorno depresivo en España, a diferencia de Polonia y Finlandia. Asimismo, Ettman et al. 18 determinaron que la relación inversa entre los niveles de ingresos y la depresión dependerá de eventos macroeconómicos que condicionen la dinámica social en cada país, de manera que una condición como el aumento del costo en los valores inmobiliarios tendrá un mayor impacto negativo en la salud mental de los adultos mayores habitantes de ciudades donde la falta de acceso a la vivienda sea mayor.
Ahora bien, con respecto a la realidad peruana, los datos reportados por el INEI podrían ofrecer un acercamiento a las condiciones de este grupo etario. De acuerdo con las estadísticas del año 2021, el 83 % de la población adulta mayor femenina y el 70 % de la masculina presenta algún problema de salud crónico, el 53 % de los adultos mayores integra la población económicamente activa, el 25,9 % de hogares peruanos tiene como jefe de hogar a un adulto mayor (de los cuales el 16,2 % están afiliados a algún programa de bienestar social), el 92,2 % tiene acceso a red pública de agua, el 74,5 % dispone de desagüe por red pública y el 95,2 % cuenta con acceso a energía eléctrica 4. Estos indicadores implican la cobertura de necesidades básicas relacionadas con la estabilidad económica, lo que podría explicar por qué, de todos los factores evaluados, el quintil de riqueza fue el que obtuvo una mayor correlación. Incluso al considerar la alta incidencia de enfermedades crónicas, el porcentaje total de trastorno depresivo fue solo del 13,18 % (Tabla 1). Se encontró una disminución del riesgo de padecer depresión en los adultos mayores pertenecientes a quintiles de riqueza más altos; por otro lado, no hubo correlación en factores tales como presencia de hábitos nocivos, cobertura de salud y área de residencia (Tabla 3). Esto sugiere que el factor socioeconómico tiene incluso mayor impacto que los padecimientos crónicos; igualmente, el nivel educativo alcanzado actúa como un factor protector, que es posible asociar tanto a una mejor comprensión de la etapa de vida como a una mayor probabilidad de aumentar el estado de bienestar socioeconómico 17,19. Estos criterios resaltan la importancia de fortalecer los indicadores de bienestar económico y educación en la población peruana en general.
Asimismo, resulta importante destacar que el consumo de alcohol y el hábito de fumar no representaron factores de riesgo para el trastorno depresivo, a diferencia del hecho de padecer una discapacidad. Esto puede deberse a las constantes políticas globales para erradicar los hábitos nocivos 28-30 y a la disminución de la actividad general que se asocia con el aumento de la edad 5,13,19, reflejadas en la estadística descriptiva del presente estudio, que registra prevalencias de 1,94 % y 22,88 % para el hábito de fumar y el consumo de alcohol, respectivamente. Por su parte, aunque no padecer de una discapacidad se comporta como un factor protector (aRP: 0,542; 95 % IC: 0,440-0,668), dicho resultado podría atribuirse a que la prevalencia de discapacidad hallada en adultos mayores fue de 7,86 %. Aun así, existe evidencia suficiente para establecer una relación entre la depresión y la discapacidad. En sí misma, la discapacidad es un determinante independiente de la gravedad de los síntomas depresivos en diferentes condiciones de salud, como la hipertensión y la diabetes, y podría desempeñar el papel de una condición estresante crónica que aumente a su vez el riesgo de desarrollar depresión 10,11. Además, la depresión se ha relacionado con niveles elevados de cortisol que el ejercicio físico podría modular, lo que significa que los adultos mayores con alguna discapacidad se verían impedidos de llevar a cabo una terapia adecuada 20. Dichas condiciones podrían explicar los resultados del presente estudio y profundizar más en la naturaleza de la discapacidad. Martina et al. 9 hallaron que el 12,7 % de la población peruana mayor de 60 años con alguna discapacidad presentó algún grado de depresión, así como correlación entre ambas variables. Del mismo modo, Barboza et al. 10 registraron correlación cuando el trastorno depresivo fue moderado o severo. Esta diferencia permite notar la importancia del grado del trastorno depresivo en la asociación con la discapacidad. Debido a la naturaleza recíproca entre la discapacidad y la depresión, es posible que, en condiciones crónicas, las limitaciones físicas extremas propicien el trastorno depresivo o que, en cuadros depresivos severos, la incapacidad física forme parte de la sintomatología propia de la enfermedad 11,20. Deben considerarse también los instrumentos de medición para la depresión y la discapacidad, además de factores como la valoración sociocultural dada a las capacidades físicas en la población estudiada.
Dentro de las limitaciones de la investigación cabe mencionar que, al tratarse de un análisis secundario, no fue posible incluir otras variables de interés. Igualmente, no se pudo establecer relaciones de causalidad debido al diseño transversal del estudio. Sin embargo, la cualidad representativa de los datos obtenidos de la ENDES permite establecer la correlación entre la incidencia de depresión y la discapacidad física, comorbilidades generales y factores sociodemográficos a nivel nacional, mediante una metodología validada por el INEI.
Se concluye que existe un bajo porcentaje de trastorno depresivo en adultos mayores peruanos, en concordancia con una disminución registrada desde el año 2014. Asimismo, pertenecer al grupo de mayores de 85 años, ser del sexo femenino, padecer de alguna discapacidad, pertenecer a quintiles de riqueza inferiores y un menor grado de instrucción predisponen al trastorno depresivo en adultos mayores.
Se recomienda desarrollar estudios que evalúen la incidencia del trastorno depresivo en adultos mayores, dentro de su propia demografía y entorno social, para poder identificar sus limitaciones específicas. De igual forma, abordar el tratamiento de la salud mental mediante estrategias sanitarias que no se ejecuten aisladamente, sino en relación con las políticas orientadas a modificar los factores sociodemográficos de la población.