Introducción
La retinopatía diabética es una patología de evolución progresiva y silenciosa, caracterizada por el desarrollo de microaneurismas y hemorragias intrarretinianas que provocan la disminución creciente de la visión. A nivel mundial, es una de las causas principales de discapacidad visual, y el grupo más afectado está conformado por los adultos mayores, con 1,5 veces más probabilidades de desarrollar ceguera 1,2.
Los factores que condicionan la progresión de la enfermedad y la limitación funcional incluyen tiempo de evolución de la diabetes, control glucémico, tabaquismo, control de lípidos e hipertensión arterial. La retinopatía en el adulto mayor repercute en las condiciones de vida del individuo, incide en el síndrome de fragilidad y puede causar alteración en la dinámica y funcionalidad familiar 2-4.
El síndrome de fragilidad es una entidad médica asociada a la edad y de etiología multicausal, caracterizada por una disminución de la fuerza, la resistencia y las funciones fisiológicas, lo que ocasiona una mayor vulnerabilidad ante factores estresantes, agudos y crónicos, así como una mayor dependencia funcional. En la literatura se describen distintos instrumentos para medir la fragilidad, cada uno adaptado al contexto clínico del paciente; entre ellos se encuentra el cuestionario de Ensrud, de fácil aplicación pero, debido al reducido número de preguntas, limita la obtención de información; el cuestionario de Fried, por su parte, define el modelo físico de fragilidad, y tiene como limitación el uso del dinamómetro para medir la fuerza de presión; finalmente, el cuestionario FRAIL evalúa fatigabilidad, resistencia, deambulación, comorbilidad y pérdida de peso, características que le otorgan mayor objetividad, así como una alta confiabilidad interna y externa 5-10.
La funcionalidad familiar evalúa la interacción de vínculos afectivos entre los miembros del grupo familiar y la capacidad de adaptación a las distintas dificultades que se presentan; la presencia de enfermedades en el adulto mayor tiene repercusiones desfavorables en dicha funcionalidad. La evaluación de la funcionalidad familiar
se puede realizar desde la perspectiva individual con el instrumento APGAR familiar o desde la perspectiva grupal del núcleo familiar con el instrumento FF-SILL 11-15.
Cuando un adulto mayor se enferma y pierde la autonomía, el grupo familiar al que pertenece entra en un proceso de adaptación que afecta su dinámica. Esta situación puede influir en la evolución y control de la enfermedad, incluyendo la recuperación y el apego al tratamiento, y se puede constituir como factor de riesgo para complicaciones 14,16-19.
En este contexto, el objetivo del artículo es determinar la asociación entre el síndrome de fragilidad y la funcionalidad familiar en el adulto mayor con retinopatía diabética.
Materiales y métodos
Diseño y población de estudio
Diseño transversal y analítico en pacientes con diagnóstico de retinopatía diabética. Pertenecían a una institución de seguridad social de la ciudad de San Juan del Río, Querétaro, México, y fueron atendidos durante el periodo enero del 2022 a enero del 2023.
Variables y mediciones
El diagnóstico de retinopatía diabética lo realizó el servicio de oftalmología mediante dilatación pupilar, aplicación de tetracaína y uso del oftalmoscopio.
Los grupos de comparación se dividieron en tres: pacientes con síndrome de fragilidad, pacientes prefrágiles y pacientes sin fragilidad. El diagnóstico se realizó mediante la aplicación del instrumento FRAIL de fragilidad 7, donde la puntuación de 0 equivale a no fragilidad; la puntuación de 1 a 2, prefragilididad, y la puntuación de 3 o más, fragilidad.
Las variables estudiadas incluyeron edad, sexo, escolaridad, estado civil y ocupación; se midió el tiempo de evolución del diagnóstico de retinopatía diabética; el tipo de familia se determinó según lo descrito por Huerta 12, quien identifica a las familias nuclear, extensa, extensa compuesta, monoparental y reconstruida.
La funcionalidad familiar se determinó con el instrumento FF-SIL 11, el cual identifica cuatro categorías: funcionalidad, funcionalidad moderada, disfuncionalidad y disfuncionalidad severa.
Análisis estadístico
Para las variables edad y tiempo de evolución de la retinopatía, se investigó normalidad con la prueba de Shapiro Wilk en el grupo frágil y con la prueba Kolmogorov Smirnov en los grupos prefrágil y sin fragilidad. Asimismo, se calcularon medianas y porcentajes. La prueba de Kruskal Walis se empleó para comparar edad y tiempo de evolución; el resto de las variables se analizaron con la prueba de ji al cuadrado.
Resultados
En la variable edad se encontró distribución normal en el grupo frágil (p = 0,387) y en el grupo prefrágil (p = 0,069); en el grupo sin fragilidad no se presentó distribución normal (p = 0,00). El tiempo de evolución de la retinopatía no presentó distribución normal en ninguno de los grupos (frágil [p = 0,00], prefrágil [p = 0,00] y sin fragilidad [p = 0,00]).
Desde el punto de vista estadístico, la mediana de edad en los grupos frágil (73,00 años), prefrágil (71,00 años) y sin fragilidad (70,00 años) es igual (p = 0,06). La mediana del tiempo de evolución de la retinopatía es diferente en los grupos (p = 0,000) (Tabla 1).
Tabla 1 Comparación de la edad y el tiempo de evolución en el paciente adulto mayor con retinopatía diabética de los grupos frágil, prefrágil y sin fragilidad
Parámetro | Frágil (n = 39) | Prefrágil (n = 64) | Sin fragilidad (n = 76) | Kruskal Wallis | p |
---|---|---|---|---|---|
Edad mediana (años) | 73,00 | 71,00 | 70,00 | 5,58 | 0,06 |
Tiempo de evolución de la retinopatía mediana (años) | 3,00 | 2,00 | 1,00 | 27,81 | 0,00 |
La prevalencia de la vida en pareja en el grupo frágil es 23,07 %; en el prefrágil, 48,43 %, y en el grupo sin fragilidad, 60,52 %; estadísticamente estas prevalencias son diferentes (p = 0,00). En la Tabla 2 se presenta el comportamiento, según sexo, escolaridad y ocupación, por grupos.
Tabla 2 Comparación de las características personales en el paciente adulto mayor con retinopatía diabética de los grupos frágil, prefrágil y sin fragilidad
Característica | Síndrome de fragilidad | ||||
---|---|---|---|---|---|
Frágil (n = 39) | Prefrágil (n = 64) | Sin fragilidad (n = 76) | ji2 | p | |
Sexo | |||||
Femenino | 61,54 | 65,62 | 51,31 | 3,10 | 0,21 |
Masculino | 38,46 | 34,38 | 48,69 | ||
Vida en pareja | |||||
Sí | 23,07 | 48,43 | 60,52 | 14,48 | 0,00 |
No | 76,93 | 51,57 | 39,48 | ||
Escolaridad | |||||
Primaria o menos | 76,92 | 84,38 | 77,63 | 1,25 | 0,53 |
Secundaria o más | 23,08 | 15,62 | 22,37 | ||
Ocupación | |||||
Hogar | 23,07 | 37,50 | 28,94 | 2,92 | 0,57 |
Actividad laboral | 10,25 | 7,81 | 11,85 | ||
Jubilado | 66,68 | 54,69 | 59,21 |
El 43,42 % de los pacientes sin fragilidad, el 34,37 % de los pacientes prefrágiles y el 30,79 % de los pacientes sin fragilidad pertenecen a la familia tipo nuclear (p = 0,62) (Tabla 3).
Tabla 3 Comparación del tipo de familia en el paciente adulto mayor con retinopatía diabética de los grupos frágil, prefrágil y sin fragilidad
Tipo de familia | Síndrome de fragilidad | ||||
---|---|---|---|---|---|
Frágil (n = 39) | Prefrágil (n = 64) | Sin fragilidad (n = 76) | ji² | p | |
Porcentaje | |||||
Nuclear | 30,79 | 34,37 | 43,42 | ||
Extensa | 12,82 | 9,37 | 10,52 | ||
Extensa compuesta | 17,94 | 31,25 | 22,38 | 6,18 | 0,62 |
Monoparental | 17,94 | 12,50 | 13,16 | ||
Reconstruida | 20,51 | 12,50 | 10,52 |
Existe asociación entre el síndrome de fragilidad y el tipo de funcionalidad familiar: en el grupo sin fragilidad, la familia funcional es 88,16 %; en el grupo prefrágil, 46,9 %, y en el grupo con fragilidad, 15,38 % (p = 0,00) (Tabla 4).
Tabla 4 Asociación entre funcionalidad familiar y síndrome de fragilidad en el adulto mayor con retinopatía diabética
Funcionalidad familiar | Síndrome de fragilidad | ||||
---|---|---|---|---|---|
Frágil (n = 39) | Prefrágil (n = 64) | Sin fragilidad (n = 76) | ji² | p | |
Porcentaje | |||||
Funcional | 15,38 | 46,87 | 88,16 | ||
Moderadamente funcional | 33,33 | 32,81 | 10,52 | ||
Disfuncional | 41,02 | 18,75 | 1,32 | 70,84 | 0,00 |
Severamente disfuncional | 10,27 | 1,57 | 0,00 |
Discusión
Desde la perspectiva demográfica, en la sociedad los adultos mayores; por ello, identificar las condiciones actual, hay un aumento de la esperanza de vida con una tendencia al envejecimiento, un deterioro fisiológico y un incremento de la prevalencia de enfermedades crónicas y complicaciones asociadas a ellas. Estas características, en conjunto, configuran un panorama no muy halagador para que se asocian con una mejor expectativa de vida es una oportunidad para la sociedad y para los sistemas de salud, contexto en el cual se sitúa el presente artículo 20-22.
El síndrome de fragilidad está relacionado con la edad. Se sabe que la disminución de las reservas fisiológicas es inversamente proporcional a la edad y, con ello, aumenta la probabilidad de dependencia y vulnerabilidad, situación que se ve aún más afectada cuando va acompañada de complicaciones por enfermedades crónicas 23. Algunos estudios indicaron que la discapacidad visual secundaria a la retinopatía diabética afecta en edades más avanzadas; por tal motivo, en esta investigación se hace énfasis en la importancia de la similitud etaria en los grupos de comparación, pues, si no existiera, se podría haber cuestionado la asociación del síndrome de fragilidad con cualquiera de las otras variables estudiadas, incluida la funcionalidad familiar. La detección oportuna de la fragilidad debe considerarse una acción básica en la evaluación del adulto mayor, ya que no solo es esencial el control de las patologías crónicas, sino también la identificación de signos tempranos de fragilidad. Con este enfoque se pretende implementar estrategias que puedan retrasar y, en algunas ocasiones, revertir el deterioro físico y cognitivo asociado a la fragilidad, lo que ayudará a mejorar la calidad de vida y a disminuir el riesgo de adquirir más complicaciones 5,24.
En este estudio la vida en pareja es un factor asociado al síndrome de fragilidad. Algunos autores sugieren que estar casado genera una mayor dependencia en las actividades de la vida diaria, esto debido al cuidado continuo. Esto difiere de la propuesta de que la vida en pareja equivale a una relación afectiva más intensa, lo que conlleva a relaciones emocionales y psicológicas que propician la responsabilidad y la preocupación mutua, las cuales favorecen el cuidado de la salud y la estabilidad emocional 25-27.
La retinopatía diabética es una causa de baja laboral en el adulto mayor económicamente activo, lo que condiciona una dependencia económica. En la literatura se describe la asociación entre baja escolaridad y actividad laboral con el síndrome de fragilidad, panorama no identificado en este estudio. Al respecto, en términos generales, se debe señalar que, en la población geriátrica, el grado escolar es inversamente proporcional a la edad, condición determinada por el contexto histórico del acceso a la educación en la población estudiada. Por otro lado, también es una realidad que a mayor edad mayor deterioro funcional del paciente y, con ello, menor posibilidad de actividad laboral por la condición física o por la negativa de acceso al mercado laboral del paciente geriátrico. Se debe indicar que, en esta investigación, al parear los grupos de comparación por edad, se eliminó la posibilidad de encontrar diferencias, lo cual explicaría la divergencia con lo reportado en la literatura 5,26-29.
En esta investigación, no se encontró asociación entre el síndrome de fragilidad y el tipo de familia. Esto sugiere que, más allá de esta variable, lo relevante en la estructura familiar son las relaciones interpersonales entre sus
miembros, los roles y las redes de apoyo que se establecen. Los adultos mayores con retinopatía diabética, además de la discapacidad que puede ocasionarles esta condición y la alteración de las demás funciones producto de la edad, en algún punto requerirán el apoyo de un familiar, ya sea en el contexto emocional, social e incluso económico. Los resultados de este estudio no permiten ser contundentes al respecto, pues su diseño no tuvo esa finalidad. Sin embargo, se enfatiza que la identificación del núcleo familiar es de suma relevancia en la atención de estos pacientes. Por lo general, la familia puede generar un entorno seguro para los adultos mayores, contribuir en su atención y limitar la progresión de la fragilidad 12,27,30.
Se corrobora la asociación de la funcionalidad familiar y el síndrome de fragilidad en el paciente geriátrico con retinopatía diabética. Se ha demostrado que la adecuada dinámica familiar favorece la aceptación y el afrontamiento de las patologías crónicas en sus miembros, y el cuidado y adaptación a las condiciones propias de la familia. Por el contrario, un ambiente familiar negativo puede contribuir a la progresión de la fragilidad, escenario que favorece las complicaciones propias de las enfermedades crónicas, en este caso, la retinopatía diabética 16,17,31,32.
En conclusión, existe asociación entre funcionalidad familiar y síndrome de fragilidad en el adulto mayor con retinopatía diabética. En el grupo sin fragilidad, la familia funcional es 88,16 %; en el grupo prefrágil, 46,9 %, y en el grupo con fragilidad, 15,38 % (p = 0,00). Identificar que los adultos mayores con retinopatía diabética, a su vez, presentan síndrome de fragilidad permitirá establecer un plan de manejo multidisciplinario que favorezca un adecuado control de la enfermedad crónica y así se evitará la progresión de la fragilidad 33.