10.24265/horizmed.2025.v25n2.14
Caso Clinico
Cistoadenoma mucinoso
de ovario de gran volumen y gestación: reporte de caso
Large ovarian mucinous cystadenoma and gestation: a case report
Jorge Luis Minchola-Vega
1,2,a
Jorge Renato Aparicio-Ponce
1,3,a,b
1.Hospital Nacional
Dos de Mayo. Lima, Perú.
2.Universidad Ricardo
Palma. Lima, Perú.
3.Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
a Médico especialista en ginecología y obstetricia
b Doctor en Medicina.
RESUMEN
Las masas
anexiales se diagnostican con mayor frecuencia durante el embarazo
gracias al uso del
ultrasonido, no obstante, la presentación de tumoraciones de gran volumen
durante esta etapa es rara. Cabe
mencionar que la ecografía es el examen auxiliar de primera línea que permitirá
diferenciar la morfología de las masas para poder realizar un seguimiento y
manejo adecuados. La mayoría de estas masas son benignas, asintomáticas y se
resuelven espontáneamente; sin embargo, las persistentes, sintomáticas, de gran
tamaño o con características de malignidad requerirán de un manejo quirúrgico.
Se reporta el caso de una paciente de 30 años que fue referida por presentar dolor abdominal esporádico y una masa abdomino-pélvica voluminosa. En la evaluación ecográfica se detectó una masa quística
multiloculada dependiente del anexo derecho, asociada a una gestación única
de 15 semanas. Durante la hospitalización se complementó el estudio con exámenes de laboratorio, imagenológico y marcadores tumorales. Se aplicó el modelo
IOTA-ADNEX para predecir
el riesgo de malignidad, donde
se obtuvo un resultado benigno.
Debido a la persistencia de la masa durante el segundo trimestre de la gestación y a su gran volumen,
se realizó la intervención quirúrgica electiva mediante
laparotomía, obteniéndose un tumor de ovario
derecho de 12,8 kg. El estudio histológico reportó un cistoadenoma mucinoso sin
criterios de malignidad. La evolución
posquirúrgica fue favorable
y se continuó con la gestación con controles
prenatales y ecografías obstétricas, en los cuales no se presentaron
alteraciones. Se culminó la gestación a las 39 semanas vía cesárea por
indicación obstétrica, con una evolución materno- neonatal favorable.
Palabras claves: Cistoadenoma Mucinoso; Embarazo; Ecografía.
(Fuente: DeCS BIREME)
ABSTRACT
Adnexal
masses are most commonly diagnosed during pregnancy using ultrasound; however,
the presentation of large
tumors during this stage is rare. It is worth
mentioning that ultrasound is the first-line auxiliary
examination used to differentiate the morphology of the masses, enabling appropriate follow-up and management. Most of these
masses are benign,
asymptomatic and resolve
spontaneously. Nevertheless, persistent, symptomatic, large masses or those
with malignant characteristics require surgical management. We report the case
of a 30-year-old female patient who was referred for sporadic abdominal pain
and a voluminous abdominopelvic mass. Ultrasound evaluation revealed a multiloculated cystic mass dependent
on the right adnexa,
associated with a single 15-week
pregnancy. During hospitalization, the study was complemented
with laboratory tests, imaging studies and tumor marker assessments. The IOTA
ADNEX model was applied to predict the risk of malignancy, yielding
a benign result. Due to the persistence of the mass during the second
trimester of pregnancy and its large volume, elective surgery was performed via
laparotomy, during which a right ovarian 12.8 kg tumor was removed. Histologic examination revealed a mucinous cystadenoma
without malignant features. Postoperative progress was favorable, and the pregnancy
continued with prenatal
checkups and obstetric
ultrasounds, all of which showed no abnormalities. The pregnancy was completed at 39 weeks via cesarean
section by obstetric indication, with a favorable maternal and neonatal
course.
Keywords: Cystadenoma, Mucinous; Pregnancy; Ultrasonography.
(Source: MeSH NLM)
INTRODUCCIÓN
Las masas anexiales diagnosticadas durante la gestación tienen una incidencia que oscila
entre el 2 % y el 10 % (1). Esta
cifra se ha incrementado gracias al uso rutinario del ultrasonido: diversos estudios
informan que puede detectarse durante el primer trimestre entre 22 % y
75,7 % (2,3); en
el segundo trimestre, entre 10,9 % y 44,4 %, y en el transcurso del tercer trimestre, entre 4 % y 22,2 % de los casos (3,4). La gran mayoría de estas masas son benignas, entre
el 65 % y el 86 % cursan de forma
asintomática y del 30 % al 51 % pueden resolverse espontáneamente sin dejar
secuelas (5,6). Sin
embargo, las masas que persisten tienen riesgo de complicaciones, como torsión (1 %-22 %), ruptura (0 %-9 %), obstrucción del trabajo de
parto (2 %-17 %) (7) y malignidad (3 %-13 %) (2,8).
Por
tal motivo, es importante que durante el embarazo se realice una evaluación ecográfica de los anexos.
Esto permitirá diferenciar el
hallazgo fisiológico del patológico, y ante la presencia de este último, se
debe distinguir entre una masa benigna y una maligna. Por ello, se recomienda
describir la morfología, realizar las mediciones y hacer un seguimiento adecuado.
Este examen ecográfico debe incluir la vía abdominal, transvaginal y añadir el
Doppler color para poder identificar los patrones vasculares de la masa (9).
Hay
pocos resultados sobre la predicción de malignidad utilizando sistemas de
puntuación ovárica en mujeres embarazadas. No obstante, los descriptores
simples del grupo IOTA (International Ovarian Tumor Analysis) pueden ser aplicados
ante la sospecha de una determinada masa anexial en la gestación (10,11).
Cuando la ecografía no es concluyente y se desea mejorar la precisión en los
casos de masas grandes o
paraováricas, se puede emplear la resonancia magnética nuclear (RMN), que
parece ser segura y se prefiere durante el
embarazo (7,12). Sin
embargo, puede que la RMN no esté disponible en algunos sistemas de salud. Por
su parte, la tomografía computarizada (TC), debido a los riesgos de exposición
del feto, tiene un uso limitado (13).
Otra prueba
complementaria frente a la sospecha
de una masa ovárica maligna son los marcadores tumorales, como CA-125,
antígeno carcinoembrionario (ACE), alfa fetoproteína (AFP) y la gonadotropina coriónica humana (hCG). Sin embargo, estos suelen
estar elevados durante la gestación debido a que se asocian con el
desarrollo, la diferenciación y la maduración fetal, lo cual dificulta la interpretación de los resultados y, por lo tanto, no pueden ser utilizados como marcadores fiables de malignidad
(14).
El
tratamiento de las masas anexiales durante la gestación es controversial, las
opciones incluyen el manejo expectante y el
quirúrgico. Se debe tener en cuenta el tamaño del quiste, la apariencia
ecográfica y la edad gestacional. Se opta por
un manejo conservador, de preferencia durante el primer trimestre del embarazo, en las masas anexiales de naturaleza
benigna o funcionales y con un tamaño menor a cinco centímetros. Sin embargo,
si la masa anexial es persistente, tiene características ecográficas de malignidad,
mayor tamaño, riesgo de torsión o clínicamente es sintomática, el manejo deberá
ser quirúrgico (4,6,7).
Se reporta el caso del diagnóstico y manejo de un cistoadenoma mucinoso de gran volumen
de ovario, asociado
a la gestación, con evolución materno-fetal sin complicaciones.
REPORTE DE CASO
Paciente
de 30 años, primer embarazo con fecha de última regla no confiable, sin antecedentes patológicos ni quirúrgicos de interés.
Fue referida del centro de salud por una tumoración
abdomino-pélvica, con un control prenatal, sin ecografías previas y exámenes
de laboratorio dentro del rango normal. Fue evaluada en el Consultorio Externo de Obstetricia del Hospital Nacional
Dos de Mayo. Manifestó que, desde hace cuatro meses, presentó
una sensación de masa abdominal que aumentaba progresivamente de volumen,
asociada con dolor esporádico de leve intensidad; por otro lado, negó sangrado
vaginal. Al examen físico presentó
un abdomen voluminoso; se palpó una masa
de consistencia blanda
de 20 x 30 cm, aproximadamente,
y el resto de la evaluación física no tuvo alteraciones. En la ecografía obstétrica se evidenció un feto único
de 15 semanas, con frecuencia cardiaca
de 140 latidos por minuto,
peso fetal estimado de 140 g,
líquido amniótico en volumen normal y placenta corporal posterior alta. A nivel
anexial derecho, se observó una masa quística multiloculada de 35 x 30 x 20 cm,
con
una capsula de 3,8 mm de grosor, sin presencia de papilas ni partes sólidas
en su interior, no vascular
a la ecografía Doppler
color y sin presencia de líquido libre (Figura
1).
Figura 1. Ecografía vía abdominal: masa anexial derecha
Se
hospitalizó a las 17 semanas de gestación para completar estudios. Obtuvo
exámenes de laboratorio dentro del rango normal: hemoglobina, 12,7 g/dl;
plaquetas, 184 000 mm3; glucosa, 85 mg/dl; grupo “O”, Rh positivo; RPR, no reactivo;
examen de orina, negativo; bilirrubina total, 0,61 mg/dl; bilirrubina indirecta, 0,6 mg/dl; TGO, 22,9 U/l; y TGP, 18,6 U/l. En
cuanto a los marcadores tumorales, obtuvo lo siguiente: alfa fetoproteína: 30,2
IU/ml (valor normal: <7,2); CA-125: 67,4 U/ml (valor normal: 0-35); antígeno carcinoembrionario: 2,05 ng/ml (valor
normal: <3); CA-19-9: 17,4 U/ml (valor normal: 0-37). Con los datos clínicos
y ecográficos, se realizó el calculó del modelo IOTA-ADNEX para riesgo de
malignidad, presentando un 56,5 % de probabilidad de tumor benigno, 43,5 %
riesgo de malignidad y 16,7 % riesgo de borderline.
Posteriormente, se realizó un control de ecografía obstétrica sin alteraciones y se sugirió
complementar el estudio
con RMN para valorar la
extensión de la masa; sin embargo, debido a falta de medios económicos, se optó
por TC abdominal sin contraste. En dicho examen se observó un útero grávido con presencia de feto, y en la cavidad
abdominopélvica se halló una formación
dependiente del anexo con
múltiples colecciones loculadas de septos engrosados hasta 13 mm, en cuyo interior
presentó un componente sólido de 4 x 6,1 x
6,4 cm que, en conjunto, midió 21 x 29,5 x 20 cm. Esta masa condicionó un marcado desplazamiento de los órganos
abdominales. No se observó presencia de adenomegalias ni líquido libre (Figura 2).
Figura 2. Tomografía abdominal sin contraste: masa anexial. A) Vista
sagital. B) Vista coronal. C) Vista axial.
* Feto intrauterino.
Fue
evaluada por oncología ginecológica y se programó para salpingooforectomía
mediante laparotomía electiva a las 19 semanas de gestación. En el acto
quirúrgico, se realizó una incisión xifo-pubiana, con exéresis del tumor de ovario derecho
de 43 x 33 x 15 cm y 12,8 kg de peso. Se observó la tumoración
de superficie lisa, sin excrecencias ni adherencias, con trompa
derecha elongada sin alteraciones, epiplón normal y no se palparon adenopatías
pélvicas ni paraaórticas (Figuras
3 y 4).
Figura 3. Hallazgos
intraoperatorios. A) Masa de gran volumen de ovario. B) Pinzamiento de pedículo
de tumor de ovario derecho. C) Posextracción de la pieza y visualización del
útero grávido.
Figura 4.
Características macroscópicas del tumor
Asimismo,
se observó un útero grávido de 20 cm de tamaño con anexo izquierdo sin alteraciones y líquido ascítico
citrino, el cual se envió para citología. A la sección del tumor, se
identificaron múltiples tabiques en su interior con contenido mucinoso y una
formación nodular de 5,5 x 5,3 x 3 cm. El informe histológico reportó un
cistoadenoma mucinoso con proliferación epitelial focal sin criterios de
malignidad. Durante el posoperatorio, la paciente presentó una evolución
favorable y el bienestar fetal fue conservado, por lo que fue dada de alta a
las 72 horas y pasó control por consultorio externo.
Continuó con los controles
prenatales en el hospital, haciendo un total de seis, luego se hizo
una ecografía morfológica sin alteraciones y, posteriormente, con el resultado
histológico, fue dada de alta del servicio de Oncología Ginecológica. A las
39 semanas se realizó el parto vía cesárea electiva por pelvis estrecha,
obteniendo un recién nacido de 3665 g, adecuado para la edad gestacional, de
sexo femenino, 50 cm de talla y APGAR 9-9. Tanto la evolución intrahospitalaria materna como la
neonatal fueron favorables, siendo dadas de alta a las 48
horas. Se realizó un control
puerperal a la semana, en el cual no se
presentaron complicaciones.
DISCUSIÓN
El
diagnóstico de tumoraciones ováricas asociadas a la gestación ha aumentado a
causa del uso del ultrasonido, pues la mayoría de las masas son asintomáticas y no se logran
detectar durante el examen físico
(6). Gran parte de estas han sido identificadas en el primer
trimestre del embarazo y se ha observado que la incidencia disminuye con el aumento
de la edad gestacional (2,3). En este caso, el diagnóstico
se realizó durante el segundo trimestre. Inicialmente cursó de forma
asintomática, como se reporta en la literatura, pero luego se asoció a dolor
abdominal, coincidiendo con los casos mencionados por Balci (4).
Cabe destacar que la torsión anexial durante la gestación es una emergencia quirúrgica que representa un desafío en la evaluación, debido a que la clínica es inespecífica y puede confundirse con otras patologías que generen un dolor abdominal agudo (15). Sin embargo, en el caso presentado, el dolor fue esporádico debido a
la distensión abdominal que generaba la masa.
El ultrasonido es considerado como el examen
por imágenes de primera línea que se emplea para el
diagnóstico de las masas anexiales durante el embarazo (16), y permite distinguir entre una benigna y una maligna (9). Con este fin, se han propuesto diversos sistemas de puntuación para poder predecir malignidad, uno de ellos es el modelo de evaluación de diferentes neoplasias en los anexos
(ADNEX, por sus siglas en inglés), del grupo IOTA, que incluye tres factores
clínicos y seis ecográficos, que han sido evaluados en pacientes no gestantes (17).
Czekierdowski (18) aplicó el modelo IOTA-ADNEX durante la gestación, encontrando 78 % de sensibilidad y 70 % de
especificidad en los casos de malignidad. Entonces, el uso del IOTA-ADNEX en las gestantes podría
mejorar el rendimiento diagnóstico en tumoraciones malignas. En el presente caso, al
aplicar dicho modelo se determinó una probabilidad del 56,5 % para tumor benigno.
Sin
embargo, ante masas de gran tamaño donde la ecografía abdominal tiene limitaciones, se debe optar por complementar
el estudio de imágenes con la RMN de primera elección (7,12) o la TC cuando la primera no
esté disponible (13), como
lo que ocurrió en este caso. Además,
es importante tener precaución
en la interpretación de los marcadores tumorales, puesto que las
concentraciones de CA-125, ACE y AFP se elevan durante el embarazo. Por el
contrario, los valores del CA-19-9 no se ven
influenciados por la gestación, por lo que sería útil para el seguimiento en algunos casos (14). Esto coincide con el presente reporte, ya que la paciente
presentó niveles incrementados, pero con un valor de CA-19-9 dentro del rango
normal.
Las masas anexiales de gran volumen
son infrecuentes durante el embarazo. Los casos reportados de cistoadenoma tuvieron un rápido crecimiento, con un diámetro
que va desde 11 cm hasta 45
cm y un peso que oscila desde 3,3 kg hasta 12 kg, además, presentaron una evolución posoperatoria favorable tanto en la
madre como en el recién nacido (19-23). En la paciente,
debido a la persistencia de la tumoración durante el segundo
trimestre y a que esta alcanzó
un volumen considerable, se optó por la salpingooforectomía derecha vía
laparotomía. Si bien el manejo de las masas ováricas asociadas al embarazo no
tiene un protocolo estandarizado (2,8,12,24), hay consenso de realizar la cirugía durante este periodo.
Es importante realizar el estudio
histológico, ya que permitirá
conocer el diagnóstico y el origen de la neoplasia. Cabe mencionar que gran
parte de estas masas anexiales son benignas, representadas principalmente por
quistes ováricos funcionales, y dentro
de esta clase
de neoplasias, los reportes
indican que el quiste dermoide es el de mayor frecuencia
(5,8,25-27). En este caso, el reporte histológico indicó que el tumor
fue un cistoadenoma mucinoso, para algunos el segundo en frecuencia asociado a
la gestación (2,26).
La
evolución posoperatoria y el seguimiento obstétrico fueron favorables, llegando a término sin ninguna de las complicaciones reportadas, como el parto prematuro o retardo
del crecimiento intrauterino (2,4,5,24,26).
Se
concluye que las masas ováricas asociadas al embarazo son frecuentes, aunque las de gran volumen son raras. El uso de
la ecografía nos permitirá diferenciar su morfología para poder realizar un
seguimiento y manejo adecuados. Además,
las tumoraciones de gran volumen deben ser manejadas de manera quirúrgica
durante el segundo trimestre, para evitar complicaciones obstétricas a término.
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Contribución de autoría: JLMV
participó en la conceptualización, investigación, metodología, recursos y redacción
del borrador original. JRAP, en investigación, metodología, recursos y
redacción del borrador original.
Fuentes de financiamiento: Los autores
financiaron este artículo.
Conflicto de intereses: Los autores
declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Correspondencia:
Jorge
Luis Minchola-Vega jorgemincholavega@gmail.com
Recibido: 26/8/2024
Evaluado: 11/9/2024
Aprobado: 28/11/2024